Tengo frío.
Ese frío que nace tras las malas noticias. Ese frío que no consigues quitarte por mucha ropa que te pongas, por muy alta que pongas la calefacción. Ese frío que en un segundo, mientras escuchas la mala noticia, se ha instalado en tu interior, entre tus huesos y articulaciones, en tu corazón, en tu alma. Ese frío que lo inunda todo y te deja sin respiración.
Ese frío que no desaparece hasta que otra llamada llega con buenas noticias, que confirma que todo se ha solucionado, que ha pasado el peligro.
Ese frío que no desaparece hasta que otra llamada llega con buenas noticias, que confirma que todo se ha solucionado, que ha pasado el peligro.
Uffffff, espero que ese frío haya desaparecido, porque el frío del alma es una de las peores sensaciones que existen.
ResponderEliminarJoer... me estás preocupando ¿estás bien? ¿Esto es una preocupación real o sólo un texto literario? Dime algo ¿vale? Que no me quedo tranquila...
ResponderEliminarBesis
Chus, es una "no buena" sensación, además casi se me había olvidado ya cómo era.
ResponderEliminarMamen, gracias, no te preocupes tanto ¿vale? es un texto en el que he reflejado una sensación.